La limpieza es un aspecto importante de toda organización por al menos dos poderosas razones. Primeramente, está relacionada con la salud física y mental de los trabajadores y, en segundo lugar, porque su gestión dice mucho de cómo una organización cuida su imagen empresarial.
En vista de lo anterior, uno de los lugares que hay que cuidar es el baño y una buena forma de empezar a hacerlo es con un simple dispensador de jabón.
¿Cómo funciona el dispensador de jabón?
Depende del tipo de dispensador. El dispensador doméstico es un accesorio simple hecho de vidrio, cerámica, metal o plástico y con una tapa que se acciona para que salga el jabón líquido contenido.
En el caso de los baños públicos y del trabajo, generalmente observamos una caja rectangular a la que se le inserta en su parte frontal una bolsa de jabón desinfectante.
Esta pequeña caja tiene una palanca que al ser oprimida hace que el jabón salga por una boquilla, aunque existen versiones automáticas que se activan con un sensor.
¿Por qué invertir en un dispensador de jabón en el trabajo?
1. Se evita absentismo por enfermedad
Las manos son el hogar de miles de gérmenes, microbios, hongos y otros agentes potencialmente infecciosos. Tan sólo en las huellas dactilares es común hallar colonias de estafilococos al observar con un microscopio, los que son responsables de algunas enfermedades comunes como la neumonía.
Y si pensamos que las manos tocan la basura, las monedas, el teclado de la computadora y los pasamanos de las escaleras, estas pueden ser consideradas un “arma bacteriológica” culpable, entre otras cosas, del absentismo laboral.
La solución pasa por lavarse todos los días las manos con un dispensador con jabón líquido desinfectante debidamente sellado, porque el jabón al aire libre también puede convertirse en un enorme reservorio de gérmenes.
2. Se vuelve parte de la cultura empresarial
Lo bueno del dispensador de jabón es que no necesariamente tiene que estar en el baño, también se puede colocar en la entrada del negocio, en el depósito, cerca de las oficinas, el comedor y cualquier lugar donde sea frecuente ensuciarse las manos.
Aunque desde pequeños a todos se nos ha enseñado a lavarnos las manos, si se nos facilitan las cosas con un accesorio fácil de usar, atractivo y “a la mano”, será difícil que se nos olvide hacerlo varias veces durante el día.
3. Refuerza la buena imagen de la organización
En un estudio dirigido por Medical Construction and Design mostró que el 73% de los empresarios piensan que el mal ambiente de un baño indica el mal manejo de una organización.
Y, efectivamente, pocos querrán volver a un restaurante o a un hotel que tenga un baño maloliente. Una buena forma de empezar a tener un baño limpio y elegante es con un dispensador con jabón desinfectante.
Ahora bien, lo recomendable es optar por uno de estos accesorios prácticos y elegantes para el baño, como los que ofrece Rentokil, ya que no sirve cualquier dispensador, es importante que garantice el correcto sellado del jabón líquido desinfectante, superficie antibacteriana y diseño compacto.
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